María José Ferrada nos muestra que los Haikus, pequeños poemas japoneses, son una forma de escribir, que es también un camino de regreso, hacia la belleza y la sencillez que nos rodea. Este libro es un viaje por las estaciones del año, que invita al lector, grande o pequeño, a observar la naturaleza y capturarla en palabras, tal como lo vienen haciendo, hace siglos, los poetas japoneses. La pequeña Shigeko siempre lleva con ella un cuaderno. En sus páginas anota las cosas que va mirando -el vuelo del zorzal, la hoja que se desprende del árbol o el gato que cruza la calle- y da forma a pequeños poemas que, según le explica su madre, se conocen con el nombre de Haiku. Ilustrado por Leonor Pérez Bustos, es un libro recomendado tanto para chicos como para grandes, un libro que no solo se puede leer, sino también escribir y disfrutar en todo sentido.

Desde que he contratado a mi nueva ayudante, Pinky Pick, me ha ocurrido de todo: me han obligado a pasar la Nochevieja en el Polo Norte, he recorrido kilómetros a la deriva sobre un iceberg sin siquiera un mísero quesito para hincarle el diente y he bailado salsa durante horas y horas...

Esta es la historia de un niño que un día recibe la visita de su tío Timoteo, el cual trae una caja con muchas piezas extrañas. La irá armando hasta crear un auto que pondrá el nombre de Traviata. Con el auto el niño, su madre y el tío Timoteo vivirán aventuras y conoceran diferentes lugares.

Mino descubre, entre los viejos libros de la biblioteca de su tía, el mapa del tesoro del terrible capitán Blackburn. Desde ese momento, la fascinación por las antiguas historias de piratas le llevan a iniciar una apasionante búsqueda, no solo del dinero sino también de sus propias raíces. Una historia de intriga en la que se entremezcla el pasado y el presente.

Fíjate como sería Molinete, que le daban miedo los hombres bajitos, le daban miedo los cocodrilos, le daban miedo los sueños, y las cajas cerradas, y hasta su padre!. Pero, que va, en el fondo, Molinete no era así. Ya lo verás... El que sí era graciosísimo era don Cartapón, que al principio no sabes si es una cosa, o un señor, o un caldero... ¡Yo qué sé! Y para arreglarlo todo, pues allí está Monli Limón, que es muy valiente y parece un supermán.