A Junie B. Jones le asusta un poco Halloween! Porque... ¿y si resulta que los monstruos que se ven esa noche por la calle son de verdad? ¿Y si de pronto la ataca un murciélago feroz, o el gato negro de una bruja malvada? ¿Y qué pasa con esas calabazas de dientes afilados? La única solución es que Junie B. se disfrace de algo...
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Junie B. está teniendo una semana muy dura. Primero la castigan en el colegio por hablar más de la cuenta. ¡Y ahora ha vuelto a meterse en un lío gordísimo! Resulta que se va a celebrar el Día de las Profesiones en el colegio, y tiene que ir a clase vestida de lo que quiere ser de mayor. Ella lo tiene claro. Solo hay un pequeño problema... ¿Existe un trabajo como el que dice Junie B.?
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Junie B. Jones es la espía más sigilosa (y también la más chismosa) del mundo: Sabe andar sin que nadie la oiga, sabe respirar sin hacer ruido por la nariz... Lo malo es que estos truquitos de nada le sirven cuando se trata de espiar a la Seño. Y es que esta vez Junie B. va a meterse en el lío más gordo de todos - todísimos...
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En la clase de Junie B. Jones van a hacer una obra de teatro sobre Cristóbal Colón, ¡y habrá barcos, y capitanes, y marineros, y toda la pesca! Pero lo mejor de todo es que Junie B. va a ser la estrella de la representación. O eso cree ella... Sin embargo, hacer teatro no es tan fácil como parece, y durante los ensayos no paran de ocurrir desgracias, como por ejemplo... ¡que casi todos los actores cogen un virus!
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Junie B. Jones lo tiene muy claro: Hacer trampas está feo-feísimo. Pero ¿qué pasa cuando se trata de copiar los deberes de otra persona? Eso no es hacer trampas, ¿verdad? Sólo son los deberes. ¡Ni siquiera se trata de un examen! Y hablando de exámenes...
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En el colegio de Junie B. Jones se va a celebrar un campeonato de fútbol, pero hay un problema: Junie B. se ha lesionado un pie y no puede jugar en el equipo. Ella tiene claro que por nada del mundo quiere hacer de animadora, pero... ¿y si montase otra clase de numerito durante el descanso? Así, todo el mundo la miraría, ¡y ella sería la estrella! Porque, si Junie B. es la protagonista del espectáculo, nada malo puede suceder... ¿O sí?
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El 14 de febrero (el día de San Maletín, como dice Junie B.), está a la vuelta de la esquina. Junie B. está deseando recibir las tarjetas de San Valentín. Pero lo que menos se espera es recibir una enorme tarjeta de... ¡un admirador secreto! ¿Quién será el misterioso chico? ¡Junie B. no va a parar hasta descubrirlo!
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Ya es casi Navidad, tiempo de paz y amor... y de celebrar un montón de cosas. En la clase de Junie B. van a cantar villancicos, ¡pero es imposible divertirse cuando Maya no para de fastidiar! Y eso no es todo. Cuando el Profe hace el sorteo del amigo invisible, a Junie B. le toca.... ¡Así no hay quien disfrute del amigo invisible! ¿O a lo mejor sí?
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Junie B. Jones tiene un problema con el autobús de su nuevo colegio. Además de ser incómodo y apestoso, Junie B. sabe de buena fuente que unos niños malísimos te tiran batido de chocolate por la cabeza cuando te subes en él. Y claro, sólo de pensarlo, un montón de hormigas empiezan a correr por tu tripa... ¡Necesita un plan superurgente para no subirse a ese autobús!
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A Junie B. Jones le ha pasado algo supertriste. El carahuevo de Jim ha invitado a su fiesta de cumpleaños a todos los de su clase... ¡menos a Junie B.! ¿Qué puede hacer ella ahora? ¿Celebrar su propio cumpleaños seis meses antes de la cuenta e invitar a todos menos a Jim? ¿O colarse como sea en la fiesta de ese niñato y llevarle un regalo bien original, como por ejemplo... una escobilla para el baño?
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