Esta es la cuarta entrega de las aventuras de Julito Cabello, publicada el año 2009. En esta ocasión, llega una nueva integrante a la familia Cabello y mientras la mamá estaba embarazada, llegó el verano y deciden irse a la playa. Estando ahí, nuevas aventuras esperan a Julito quien debe consolar a su hermano Beltrán, el que está celoso con la llegada del bebé. Durante todo ese tiempo, Beltrán trata de llamar la atención, haciendo cosas extravagantes: se fuga de la casa que el papá había arrendado, adopta mascotas extrañas, pregunta si quieren más al bebé que a él y por mientras, Julito conoce a antiguos amigos de su papá, compañeros del colegio y de la Universidad, que a nuestro amigo, le parecen especies sacadas del parque jurásico. Con todos esos aprendizajes, empieza un nuevo año escolar y Julito aprende a ser un mejor hermano mayor.

Narra ayudado por las ilustraciones, como los animales se piden favores para ayudarse a terminar distintas labores. Un ejemplo es Chancha, que amaneció con mucha hambre y le pide ayuda a su amigo el Conejo porque él tiene un huerta.

Rita es una niña inquieta, creativa, distraída y fantasiosa. Sin embargo, tiene dificultades en el colegio: las tareas, los largos períodos de atención, su soledad y la dificultad para hacer amigos. Con la amistad de un compañero de clases, la comprensión del inspector y un buen tratamiento, Rita supera su inquietud natural y ahora es Ritalinda. Aparece en el catálogo CRA.

Darrell y las demás muchachas están ahora en segundo grado y siguen tan animadas como siempre. Mademoiselle Dupont todavía trata de imponer disciplina, Alicia gasta una broma con la tiza invisible y otras chicas se meten en problemas.

En el campo la vida era apacible, había trabajo para todos. Por la noche los abuelos contaban historias maravillosas y si algún niño caía enfermo, todos ayudaban para curarle. Un día llegaron las máquinas y se lo tragaron todo y todos se olvidaron de lo que habían aprendido... Pero siempre habrá un rayo de esperanza, una semilla de luz que hará que los hombres recuerden.