Chocolates, masticables, helados y chicles es todo lo que Baltasar quiere comer. ¡De verduras ni hablar! Según él, le ponen las orejas verdes. Un día Baltasar es misteriosamente transportado hacia un mundo desconocido, donde los niños tienen frutas y verduras en su cabeza en vez de pelo y se alimentan de luz solar y agua. En ese lugar, llamado Maravillosa Macedonia, Baltasar vive sorprendentes aventuras y aprende que caramelos y frutas pueden ser una excelente combinación.