Óscar necesita ayuda para divertirse en el agua y también para leer un libro de mayores, pero llegará un día en el que los brazos y las piernas se moverán a un ritmo adecuado y las frases,por fin, tendrán sentido.

El hermano pequeño de Jimena revolucionó la casa cuando nació hace dieciocho meses, pero ¡maldita la gracia que le hacía a ella! Para colmo, el pequeño ahora tiene varicela. Menos mal que su padre es como Supermán y se encarga de cuidarle. Sin embargo, Jimena descubre algo que no encaja con la imagen que tiene de él.

Jerusha, una niña abandonada, ha vivido siempre en un hogar de huérfanos. Cuando a los 17 años debe comenzar a valerse por sí misma, se produce un inmenso cambio en su vida. Uno de los directores del hogar, quien desea guardar el anonimato, la envía a un internado universitario para que continúe sus estudios, proporcionándole todos los medios para ello. Así, junto a las demás estudiantes, Jerusha deberá adaptarse a un mundo desconocido para ella. Su única obligación respecto a su desconocido protector es informarle por carta acerca de sus estudios y de sus progresos. Le escribe con entusiasmo y alegría, contándole, en cartas cada vez más largas, todas sus experiencias... hasta llegar a convertirlo en su gran amigo y confidente, a pesar de que él jamás le contesta personalmente, manteniendo su anonimato. Una novela encantadora y emocionante.

Papelucho es el protagonista de una serie de libros para niños creado por la escritora chilena Marcela Paz que narra las aventuras de este niño de 8 años. Este es el quinto libro acerca de este niño, que en esta ocasión se encuentra en la clínica acompañando a su mamá y a su hermana recién nacida. Paseando llega hasta la habitación de Casimiro, un niño que operarían de apéndice pero el operado es Papelucho y en su estadía en la clínica conoce al señor Rubilar un anciano millonario y desmemoriado que piensa que es su ángel guardián. Papelucho gana grandes amigos, e incluso planean huir juntos del hospital. Ahora, Papelucho tiene una hermana recién nacida y un abuelo "profeta" recién llegado.

Alguien tenía que cuidar de nosotros cuando papá y mamá tuvieron que salir por asuntos importantes. Yo propuse y si llamamos al tío Teo Mamá se puso pálida,gigante. Menos mal que el tío Teo siempre está listo para el rescate... Mamá dice que esta casa parece una jaula de grillos.