Una mañana de septiembre, Alejandro conoce a un señor que no sabe leer ni escribir, pero que ha vivido muchas cosas. En el parque, míster Carpo le habla de un circo en el que los animales hacen cosas sorprendentes. Y el muchacho disfruta escuchando las historias.

Hace tiempo, los dragones tenían cabeza de camello, ojos de demonio, cuerpo y cuello de serpiente, patas de tigre y garras de águila. Por eso, envidiaban la cornamenta del pavo real...

No retes a los dioses, pues por muy grande que seas, ellos son más poderosos... y más sabios.

«Un erizo de mar, un puerco espín, un niño con pelos de punta, un nabo, una naranja, el Sol, la Luna...». En este curioso libro, la forma de un objeto --el erizo de mar-- reproduce la paulatina transformación en otros objetos a partir de los elementos gráficos esenciales que sirven para identificar el objeto inicial.

El ferrocarril de Rigoberto es muy especial y todos se divierten mucho viajando en él, ¿Cómo será?